Como una medida eficaz para la prevención del VIH, se contempla la de la principal vía de contagio que es entre otras la sexual, sin embargo, la prevención de la vía sexual debe consultar la no vulneración de los denominados derechos sexuales y reproductivos, a saber:
-Derecho a la vida, derecho fundamental que permite el disfrute de los demás derechos.
-Derecho a la integridad física, psíquica y social.
-Libertad a la finalidad del ejercicio de la sexualidad: recreativa, comunicativa, reproductiva.
-Respeto a las decisiones personales en torno a la preferencia sexual
-Respeto a la opción de la reproducción
-Elección del estado civil
-ibertad de fundar una familia
-Libertad de decidir sobre el número de hijos, el esparcimiento entre ellos y la elección de los métodos anticonceptivos o proconceptivos.
-Al reconocimiento y aceptación de sí mismo, como hombre, como mujer y como ser sexuado.
-A la igualdad de sexo y género.
-Al fortalecimiento de la autoestima, la autovaloración, y la autonomía para lograr la toma de decisiones adecuadas en torno a la sexualidad.
-Expresión y libre ejercicio de la orientación sexual.
-Libertad de elegir compañero(a) sexual.
-Elegir si se tienen o no relaciones sexuales
-A elegir las actividades sexuales según sus preferencias.
-Derecho a recibir información clara, oportuna y científica acerca de la sexualidad.
-A espacios de comunicación familiar para tratar el tema de la sexualidad.
-A la intimidad personal, la vida privada y al buen nombre.
-A disponer de opciones con mínimo riesgo.
-Derecho a disponer de servicios de salud adecuados.
-A recibir un trato justo y respetuoso de las autoridades
-A recibir protección ante la amenaza o la violación de los derechos fundamentales, sexuales y reproductivos.
Un desastre natural, una inundación, un atraco, un incendio, un accidente... A veces para convertirse en víctima del trastorno de estrés postraumático sólo basta ser testigo de un hecho terrible. Los efectos psicológicos pueden manifestarse inmediatamente en cualquier persona y a cualquier edad, o permanecer dormidos durante meses. De hecho, los expertos distinguen entre el tipo agudo del trastorno -que se manifiesta entre uno y tres meses después de ocurrido el evento traumático- y el latente, que puede aparecer por lo menos a los seis meses desde el evento que lo desencadena. En algunos casos, los síntomas pueden producirse incluso décadas más tarde. En escenarios de tragedia como el de Puerto Príncipe (Haití), los efectos psicológicos ya se sienten entre la población. Un informe de la ONG Plan Internacional, divulgado esta semana, indicó que los niños haitianos afectados por el terremoto de hace 20 días despiertan -entre cuatro y seis veces- cada noche a causa de las "horribles...
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