En la jornada laboral es común que los trabajadores
dediquen la mayoría de sus horas a realizar actividades de diferir o aplazar
las actividades obligatorias que deben atenderse con prioridad, sustituyéndolas
por otras más agradables; dichas actividades pueden ser chatear, revisar las
redes sociales, consultas innecesarias o navegar en internet, por nombrar
algunas en distintos dispositivos.
Para identificar más claramente esta acción,
debemos preguntarnos a lo largo de la
jornada laboral ¿Cuántas horas dedicó realmente el trabajador a desarrollar los
proyectos de la empresa?, probablemente menos de dos.
Según expertos, la procrastinación no solo es un
problema común que afecta, en especial a colaboradores y directivos, también es
uno de los problemas más serios de trabajo, “en la actualidad es el problema laboral
más grave en el trabajo”, de ahí, la importancia de “tratar de entender por qué a veces nos
convertimos en nuestro peor enemigo con retrasos innecesarios y voluntarios” de
nuestras actividades laborales y empresariales.
Para Pychyl, procrastinación es tomar la decisión
de no hacer algo a pesar de que sabes que a largo plazo será peor. Aclara que
no es lo mismo que retrasar intencionalmente algo, y que no es un asunto de
manejo de tiempo, sino una incapacidad de controlar nuestras emociones e
impulsos. “Cuando procrastinamos, estamos tratando de mejorar nuestro estado de
ánimo evitando hacer algo que nos parece desagradable. Es parecido a
emborracharse o comer para consolarse: es una estrategia que nos hace sentir
mejor al distraernos con un placer de corto plazo y olvidándonos del problema”,
señala.
La procrastinación es más común entre la gente más
impulsiva, propensa al perfeccionismo, abrumada por las expectativas que tienen
los otros de ella y temerosa del fracaso. Afecta más a los jóvenes, pues los
adultos solemos controlar mejor nuestras emociones a medida que el cerebro se
desarrolla.
Sin embargo, las distracciones laborales favorecen
el desarrollo de la creatividad y tomar unos minutos de descanso en la jornada
laboral ayuda a que la mente se amplíe, pero el secreto es balancear las
actividades y poder dar un tiempo a cada cuestión sin procrastinar demasiado
que nos impida concretar nuestra creatividad.
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