La
mayoría de las personas no están durmiendo lo suficiente y eso está afectando
la productividad de las empresas, la salud pública y el bienestar de la gente.
Un número óptimo de horas para dormir puede aumentar la energía, la
concentración, la creatividad, la productividad, la salud y el estado de ánimo.
Se
ha determinado que la falta de sueño es un factor causante de accidentes. De
hecho, se estima que el 20% de los accidentes de tráfico están asociados con la
privación del sueño.
Las
consecuencias del déficit de sueño se reflejan en menor concentración y
disminución de capacidades creativas, menos motivación para aprender y
dificultad para competir laboralmente. La acumulación de falta de sueño tiene
efectos negativos en la salud. Unas de las afectaciones físicas más comunes
asociadas a la falta de sueño son la disminución de la capacidad del sistema
inmune, depresión, obesidad, enfermedades cardiacas y respiratorias, artritis y
diabetes.
El
cansancio físico asociado a la falta de sueño afecta de manera profunda el
estado de ánimo, las emociones y el bienestar psicológico. Altos niveles de
estrés, ansiedad, falta de optimismo en el futuro y la sensación de frustración
son comúnmente asociados con la falta de sueño. Falta de memoria, manías,
alucinaciones e ideas paranoicas son algunos de los efectos que se asocian a la
carencia de tiempo para dormir, que ciertamente tiene efectos negativos en el
rendimiento laboral y las interacciones sociales.
Adicionalmente
a los impactos físicos, afectivos y emocionales, el déficit de sueño puede
afectar las habilidades cognitivas como la percepción, la velocidad de reacción
y la toma de decisiones.
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