Se prevé que el cambio climático incrementará el número de personas subnutridas y puede reducir los cultivos de irrigación de algunos países africanos, a partir del decenio de 2020. Algunas previsiones señalan que la mitad de la agricultura de América latina probablemente sufriría desertificación y/o salinización en 2050. Se calcula que en los países en desarrollo la adaptación costará decenas de miles de millones de dólares en los próximos decenios.
La evaluación del ecosistema del milenio de 2005 estima que para fines del siglo en curso el cambio climático será la causa principal de la pérdida de la biodiversidad. El panel intergubernamental de expertos sobre cambio climático afirma que entre el 20% y el 30% de las especies que ha evaluado probablemente correrán mayores riesgos de extinción con el aumento de la temperatura de dos a tres grados Celsius por encima de los niveles preindustriales. Además muchas especies pecuarias no se pueden mejorar genéticamente con suficiente velocidad para que se adapten al cambio climático. Un panorama nada halagador si se tiene en cuenta que para la mayoría de las personas vulnerables, que tienen poco acceso a empleos, tierras u oportunidades de mercado, los mecanismos de adaptación basados en la biodiversidad local revisten particular importancia.
La perturbación de los sistemas agrícolas a causa del incremento de la sequía, el aumento de las temperaturas y la mayor irregularidad de las lluvias podrían amenazar de malnutrición a 600 millones más de personas. El 20% de la población mundial vive en cuencas hidrográficas que pueden inundarse. Para 2020, se prevé que entre 75 y 250 millones de personas en el África subsahariana tendrán menos agua, y en las zonas donde la agricultura depende de la lluvia, las cosechas podrían disminuir un 50%.
Fuente: FAO
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