Todos los años mueren
aproximadamente 1,25 millones de personas en las vías de tránsito del mundo
como consecuencia de las colisiones en las vías de tránsito. Son la principal
causa de muerte de la población joven entre los 15 y los 29 años de edad,
además, se calcula que estas colisiones cuestan a los países aproximadamente 3%
de su PIB, y que las pérdidas económicas en los países de ingresos bajos y
medianos equivalen a 5% del PIB.
Las muertes causadas por el
tránsito no se distribuyen uniformemente en todo el mundo. En los países de
ingresos bajos y medianos estas muertes representan 90% de las que se producen
en todo el mundo por el mismo motivo, aunque los habitantes de esos países solo
poseen alrededor de la mitad de los vehículos del mundo. El riesgo de morir en
las vías de tránsito también depende en gran medida del lugar en el que se
vive: el menor número de muertes causadas por el tránsito por 100.000
habitantes se registra en Europa mientras que el mayor número ocurre en África.
A nivel mundial, cerca de la
mitad de las defunciones de usuarios de las vías de tránsito (49%) corresponden
a los más vulnerables, es decir, los peatones, los ciclistas y los
motociclistas. Sin embargo, esta distribución varía considerablemente entre las
regiones y entre los países, poniendo de manifiesto lo que tienen en común en
materia de modalidades del transporte.
La velocidad sigue siendo clave
para entender estas cifras. Así el informe explica que casi la mitad de los
conductores (entre el 40 y 50%) no respetan los límites de velocidad que están
señalizados y por supuesto el alcohol coadyuva claramente a la propensión a
saltar las limitaciones. Los jóvenes siguen siendo los conductores más débiles
para afrontar la disciplina reglamentaria, y los accidentes continúan siendo la
principal causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años. (Una disminución de 5% en la velocidad
promedio puede resultar en una reducción de en el número de colisiones 30
mortales. Un peatón adulto tiene un riesgo de muerte inferior a 20% si es
atropellado por un automóvil que se desplaza a menos de 50 km/h, pero si la
velocidad es de 80 km/h el riesgo de muerte es de casi 60).
La velocidad es el núcleo del
problema de los traumatismos causados por el tránsito. Más precisamente, las
velocidades excesivas o inapropiadas son el factor de riesgo clave de las
colisiones, las muertes y los traumatismos causados por el tránsito. El exceso
de velocidad es un problema común a todos los países. Un estudio realizado en
los países de la OCDE demostró que, normalmente, entre un 40% y un 50% y hasta
un 80% de los conductores conducían excediendo los límites de velocidad
indicados, mientras que en los países de ingresos bajos y medianos la
proporción de vehículos que transitaban a una velocidad excesiva era similar.
En los países de ingresos altos
la velocidad contribuye a cerca de la tercera parte de las defunciones causadas
por el tránsito. Por ejemplo, en el Reino Unido la velocidad es responsable de
28% de las colisiones mortales, mientras que las cifras para Australia y los
Estados Unidos son 30% y 20%, respectivamente. En los países de ingresos bajos
y medianos se calcula que la contribución de la velocidad se acerca más a la
mitad de todas las muertes causadas por el tránsito (42% en Ghana y 50% en
Sudáfrica, por ejemplo).
Un aumento de 1 km/h en la
velocidad media de un vehículo provoca un aumento de 4% a 5% en las colisiones
mortales.
Cuanto mayor sea la velocidad del
vehículo, mayor será la distancia necesaria para detenerlo y, por ende, el
riesgo de que se produzca una colisión. Por ejemplo, cuando se circula a 80
km/h en una vía de tránsito seca, la distancia recorrida antes de reaccionar
ante una situación de riesgo es de alrededor de 22 metros (distancia recorrida
durante un tiempo de reacción de aproximadamente 1 segundo) y un total de 57
metros antes de que el vehículo se detenga por completo. En cambio, a 50 km/h
se recorren alrededor de 14 metros antes de reaccionar y un total de 27 metros
antes de detenerse completamente (véase la figura 3). Esta última velocidad
permitiría que un vehículo se detenga a tiempo, logrando evitar un choque.
A pesar de la grave situación de
la accidentalidad, con pérdidas millonarias en vidas y en dinero, de entre el 3
y 5% del PIB, sólo 47 países siguen las
buenas prácticas en medidas de control de velocidad, especialmente en e l
mantenimiento del límite máximo de 50 kilómetros por hora o menos en las zonas
urbanas.
Fuente:
https://ws003-universitatpolit.netdna-ssl.com/php_prevencionintegral/sites/default/files/noticia/37427/field_adjuntos/who-nmh-nvi-177-spa.pdf
http://www.who.int/violence_injury_prevention/road_traffic/en/ Organización Mundial de la Salud, OMS
Comments
Post a Comment